domingo, 24 de mayo de 2009

La aventura de ser maestro: reflexiones de la lectura

Hola a todos:
Cuando leí en el primer módulo la lectura de “La aventura de ser maestro”, me quedé impresionada de las similitudes (claro el autor con palabras más doctas) de lo que escribí hace algún tiempo acerca de mis percepciones, bueno eso no quiere decir que pensemos igual, pero creo que al final, como dije en mi comentario compartimos muchos saberes y haceres.

Me interesa hacer una reflexión sobre aquellos aspectos que no toqué pero que se encuentran en la lectura, si bien desde 1984 los muchachos que ingresan a la escuela normal son mayores de edad, en nuestros tiempos salíamos aún muy jóvenes y eso nos provocaba un susto tremendo, sobre todo si nos tocaba sexto grado, y ahora con la experiencia no es que ya no no asustemos al estar ante un nuevo grupo sino que ahora tenemos más herramientas para trabajar recuerdo que tenía un maestro en la Normal que nos dijo que cuando ya no nos temblaran las piernas al entrar a un grupo de niños por primera vez, que mejor nos retiráramos de la profesión). Por ello considero que la experiencia es básica para poder ejercer mejor nuestra profesión (aclaro sin menospreciar a los profesores recién egresados, pues todos lo fuimos alguna vez).

Estoy convencida que el aula es un espacio de comunicación y concreción, en donde se ponen en juego saberes, valores, destrezas, actitudes y aptitudes, y de una buena comunicación y concreción se llega a aprender y compartir, todos niños y maestro.

Me parece también relevante rescatar de la lectura el hecho de crear esa atmósfera mágica en el aula que permita que los niños y jóvenes entiendan el mundo que les rodea, y que el trabajo del maestro sea propiciar y proporcionar elementos que les permita construirlos.

Bueno espero que mis comentarios sean relevantes
Anabel

Mi confrontación con la docencia

¿Cómo percibo mi docencia?
Para mi ser docente ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida, pues estoy en ella desde hace 30 años, he pasado más tiempo en las aulas ya sea como estudiante o como maestra que en otras actividades.
Ser maestra me ha definido no sólo como profesional, sino como persona, ha marcado el rumbo de mi vida, pues no podemos dejar de ser maestros en ningún lado (algunos lo llaman deformación profesional), yo lo llamo integralidad del ser.
Mi decisión para elegir la carrera fue muy controvertida, mi mamá decía que siempre jugaba a eso, pero qué niño no lo hace, quién no juega a los bomberos, a la casita, a las comadritas, en fin, a los roles que el niño va viviendo día a día?. Yo no estoy tan convencida de eso que llaman vocación, creo que ésta se desarrolla en el ejercer cotidiano. Creo que mi decisión estuvo permeada por tener una familia de profesores: abuelos, padres, tíos, en fin.
Bueno así decido entrar a la Normal, para estudiar para profesora de educación primaria, carrera que realizo en cuatro años, los últimos tres ya en la ciudad de Aguascalientes (pues soy hidalguense), al egresar me quedo a trabajar en el mismo Estado, en una escuela rural tridocente, junto a ello inicio mi Licenciatura en la Normal Superior. Eran los años 80s, ahí mis sueños, mis conocimientos y las expectativas que tenía al salir de la Normal, abruptamente fueron rotas, por qué?, pues porque la realidad distaba mucho de lo que habíamos aprendido, porque jamás habíamos salido a “practicar” en aulas multigrado, porque muchas de las teorías que habíamos aprendido eran eso teorías que no sabíamos bajar a la cotidianeidad. Bueno con trompicones, ganas, susto y mucha pero mucha alegría empecé mi carrera.
Ahora, a la distancia, pienso que si bien a lo mejor ingresé sin vocación a la carrera, no me hubiera gustado tener otra profesión, porque pienso que no sólo por que es una manera para poder vivir, sino porque es una forma de vida, es decir, para mi, ser maestra se ha convertido en una parte intrínseca de mi persona; no se vale decir que si el apostolado, que si es un trabajo, que si es un oficio o que si es un arte, para Anabel, el ser maestra es una forma de vida, forma que escogí y que por libre albedrío continué, porque muchos de mis compañeros salieron de la profesión y hoy trabajan en otra cosa, pero cuando estás con los niños (como maestra de primaria) y los escuchas empezar a leer, la emoción que te embarga es tan grande, que por lo menos yo no la puedo describir. Y después con adultos, cuando tienes discusiones académicas en donde pones en la mesa todos tus saberes, y reflexionas, y construyes con los otros conocimientos, eso también te llena como profesional. Pienso y siento que es una labor noble que se diluye entre el marasmo de un grupo tan heterogéneo, con distintos puntos de partida y de llegada, en donde existen tantos problemas.
Eso es lo que no me satisface de mi profesión, porque pienso que hay muchos que siendo profesores no les gusta serlo y que sólo parodian a los verdaderos profesores. Otro asunto que no me satisface es que no hay realmente un esfuerzo para apoyar la calidad de la educación, pues sólo se centran en un aspecto, cuando el asunto es multifactorial; y algo que también creo que va en menoscabo de la profesión es que no se difunden las experiencias exitosas, soy una convencida de que una gran cantidad de maestros en nuestro país tiene mucho que enseñar a sus iguales, pero en el aislamiento que se encuentran les impide tener un diálogo.
En otro orden de ideas, en la actualidad, como maestra de Educación Superior, el trabajar con maestros de educación básica me llena en todos los aspectos, intercambiar con ellos puntos de vista a veces divergentes, otras convergentes, te permite ir aprendiendo en una dinámica social muy interesante, creo que mi labor con ellos no es “enseñar” sino ser el puente entre ellos y los objetos de conocimiento, para acompañarlos en ese trayecto de formación que están llevando a cabo; pero mi compañía no es sólo presencia, sino es de un ente dialógico con el que se pueden intercambiar saberes y haceres para, junto a ellos, buscar ser mejores en lo que hacemos cotidianamente. En cambio con los alumnos egresados de bachillerato, la dinámica cambia, pues sus intereses y expectativas son otros, en este ámbito tuve que entrar a la “cultura de los jóvenes”, una cultura desconocida para mí, pues por edad no concebía muchas de las cosas que ellos dicen y hacen. Sin embargo, después de una etapa de acomodo, ahora creo que estoy siendo una maestra para ellos.
Bienvenidos los comentarios

Anabel

Para qué usan el Internet mis estudiantes

Para qué usan el Internet mis estudiantes

Tomando en cuenta el andamio cognitivo que realizamos, puedo decir que en cuanto a su uso como reservatorio:
Los estudiantes de la Licenciatura en Intervención Educativa de la UPN, son chicos de 18 a 25 años de edad, así que usan mucho esta herramienta para bajar canciones, fotos de artistas, videos; si por casualidad entro a la sala de cómputo, las 30 computadoras siempre están ocupadas y en un 80% están dedicados a bajar algo más personal, es decir sólo el 20% la utiliza para buscar información para algún trabajo.
Si bien estoy de acuerdo que el uso de la herramienta abre espacios insospechados, también creo que los usuarios deben ser, no se como decirlo, “educados”, pues competentes lo son; para poder distinguir entre aquello que me sirve y aquello que es “basura” y sólo ocupa mi tiempo.
Para el caso de mi curso, primero estuvimos navegando por bibliotecas, páginas académicas, e iniciamos búsquedas sobre investigación cualitativa. Ahora están recuperando reportes de investigación para su análisis. Pienso que apoyando a los muchachos para una búsqueda que los lleve a encontrarse con las temáticas, hace que puedan utilizar la herramienta de mejor manera.

En cuanto su uso como espacio social:
El uso del chat, del skipe y de tantos otros sitios en donde los alumnos intercambian información con otras personas es amplísimo.
Tienen sus blogs, intercambian música, fotos, conversan, así la computadora se convierte en un espacio de comunicación social, aunque la seguridad esté en entredicho.
Siento que si bien en la formación de competencias sociales el uso de Internet es importante, ante una falta de supervisión de lo que hacen los chicos con la computadora, especialmente por parte de los padres, pues es fuera de la escuela (donde sólo están ocho horas y en clase), donde pasan la mayor parte del tiempo, ya sea en sus computadoras personales o en el Ciber; se hace necesario revisar qué se puede hacer para regular este uso, pues si uno le echa una miradita a los blogs o bien a los comentarios que hacen los muchachos a una noticia, a un video o a un comentario de otras personas, se nota primero un uso “desenfadado” del lenguaje, en ocasiones soez, agresivo en extremo, que ofende; otro asunto es que el uso poco cuidadoso de la ortografía y la sintaxis.
Pienso que nosotros los maestros desde la escuela podemos direccionar el uso, apoyando en nuestra clase que investiguen, que construyan Web Quest, blogs y foros académicos, que aprendan a navegar en las páginas que los lleven a apoyar sus clases.
Ojalá en algún momento todos estemos en esa línea

jueves, 9 de abril de 2009

Utilidad de las herramientas

La plataforma de la especialización, nos proporciona múltiples herramientas para eficientar el trabajo, tanto a tutores como a los alumnos.
Si bien es cierto que en el primer módulo, algunas de ellas no han sido utilizadas, por la falta de familiaridad con las mismas, creo que en este módulo II, la necesidad de contar con otras herramientas, creará la necesidad de hacerlo.
Los foros, el informe, el chat, correo, entre otros, nos permiten llevar a cabo nuestro tránsito por la especialización.
Se hace pues necesario que invitemos a nuestros alumnos a explorarlas y utilizarlas (claro haciendo lo mismo nosotros).

Los foros en la Especialización

Desde mi perspectiva los foros son un espacio básico de aprendizaje e interacción.
En un espacio de formación virtual, éstos se convierten en una herramienta privilegida, en donde alumnos y tutor plantean su postura, intercambian opiniones y replantean, es decir un espacio de construcción y decontrucción, en donde el aprendizaje social se convierte en un detonante.
Pienso que al principio no sólo acceder, plantear mi opinión, pues al ser un espacio público (del grupo), me atemoriza "no estar bien", lo mismo pasa con los comentarios que se hacen, "no le vaya a molestar"; pero esta situación se revierte en la medida en que los vamos utilizando mejor.

La participación del tutor en el foro es decisiva, primero en el proceso de abrirlos para que a través de este primer comentario, desde donde se pueden direccionar los planteamientos. Después comentar sus participaciones es muy importante, pues ellos se dan cuenta de que estamos ahí, además ello anima a los demás participantes a comentar. Pero la idea de comentar no es sólo decir que está bien, sino argumentar y contra-argumentar.
Baste decir que el foro es básico en el desarrollo de las comepetencia de los estudiantes en los cinco rubros que marca la rúbrica.

La importancia de un perfil completo

1. ¿en qué forma, el perfil, nos permite conocer a nuestros compañeros?
En un espacio virtual, el perfil es el primer acercamiento que tenemos entre los miembros del grupo, así él nos permite conocer los aspectos más importantes de su vida profesional, así como aquellos más personales que nos gustaría compartir.
2. ¿qué importancia tiene la redacción amplia y completa del perfil?
Que los otros nos conozcan, de tal manera que todos podamos direccionar nuestros comentarios, así como poder saber desde dónde o hasta dónde podemos propiciar debates con los colegas, a través de la formación y experiencia que tienen
3. ¿Por qué la fotografía debe ser individual, de frente, clara y del rostro?
Considero porque ese primer contacto visual, nos proporciona seguridad, empatía y nos permite también conocer a la persona, para que sea un sujeto con el que hablemos y no un “ente virtual” sin rostro.
4. ¿Cómo ayuda lo anterior para la construcción de una comunidad de aprendizaje virtual?
El manejo de un perfil completo, habla de la apertura que los miembros de la comunidad tienen para ser conocidos y conocer, eso habla de una posibilidad de interacción.

Cómo percibo la función del tutor

Creo que ser tutor en un ambiente virtual es un poco más complicado que en una sesión presencial, me explico, la posibilidad de intercambio inmediato la considero no tan viable, pues el poder estar todos en el mismo momento se complica por las actividades de los participantes. De ahí la necesidad de usar otros medios como chat, teléfono, Skipe, con los que tuve, en mi caso la posibilidad de intercambiar con mis alumnos.
Sin embargo tiene grandes ventajas: la reunión de personas de entidades tan lejanas, que de otra manera es difícil conjuntar, el intercambio cultural que ello conlleva, es pues interesante.
Mi función es apoyar a los maestros en su proceso de aprendizaje, apoyando en todo momento éste a través de mis cuestionamientos, mi oportunidad de diálogo, de puntualización, creando espacios de debate y reflexión, de crítica y de análisis. Siento que eso es lo que he tratado de hacer en Módulo I.
Junto a ello el asunto de tratarlos como personas, es decir, no estoy hablando con mi computadora sino con maestros como yo, esa parte ha sido muy enriquecedora, pues hemos podido crear un ambiente afectivo en el grupo, lo que nos permite tener acercamientos no sólo de tipo cognitivo, sino esa parte más sensible de los sujetos, eso se puede ver fuertemente en su participaciones y en los correos personales, pues es muy interesante lo que los maestros comparten conmigo y con los compañeros.
Siento que esa es nuestra función, crear ambientes de aprendizaje que posibiliten a todos los participantes intercambiar, asumir posturas, defenderlas, compartir aprendizajes, estar o no de acuerdo, en fin, un espacio enriquecedor en donde diversas miradas se conjuntan y se concretan

¿Porqué soy docente?

Para mi ser docente ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida, pues estoy en ella desde hace 30 años, he pasado más tiempo en las aulas ya sea como estudiante o como maestra que en otras actividades.
Ser maestra me ha definido no sólo como profesional, sino como persona, ha marcado el rumbo de mi vida, pues no podemos dejar de ser maestros en ningún lado (algunos lo llaman deformación profesional), yo lo llamo integralidad del ser.
Mi decisión para elegir la carrera fue muy controvertida, mi mamá decía que siempre jugaba a eso, pero qué niño no lo hace, quién no juega a los bomberos, a la casita, a las comadritas, en fin, a los roles que el niño va viviendo día a día?. Yo no estoy tan convencida de eso que llaman vocación, creo que ésta se desarrolla en el ejercer cotidiano. Creo que mi decisión estuvo permeada por tener una familia de profesores: abuelos, padres, tíos, en fin.
Bueno así decido entrar a la Normal, para estudiar para profesora de educación primaria, carrera que realizo en cuatro años, los últimos tres ya en la ciudad de Aguascalientes (pues soy hidalguense), al egresar me quedo a trabajar en el mismo Estado, en una escuela rural tridocente, junto a ello inicio mi Licenciatura en la Normal Superior. Eran los años 80s, ahí mis sueños, mis conocimientos y las expectativas que tenía al salir de la Normal, abruptamente fueron rotas, por qué?, pues porque la realidad distaba mucho de lo que habíamos aprendido, porque jamás habíamos salido a “practicar” en aulas multigrado, porque muchas de las teorías que habíamos aprendido eran eso teorías que no sabíamos bajar a la cotidianeidad. Bueno con trompicones, ganas, susto y mucha pero mucha alegría empecé mi carrera.
Ahora, a la distancia, pienso que si bien a lo mejor ingresé sin vocación a la carrera, no me hubiera gustado tener otra profesión, porque pienso que no sólo por que es una manera para poder vivir, sino porque es una forma de vida, es decir, para mi, ser maestra se ha convertido en una parte intrínseca de mi persona; no se vale decir que si el apostolado, que si es un trabajo, que si es un oficio o que si es un arte, para mi, el ser maestra es una forma de vida, forma que escogí y que por libre albedrío continué, porque muchos de mis compañeros salieron de la profesión y hoy trabajan en otra cosa, pero cuando estás con los niños (como maestra de primaria) y los escuchas empezar a leer, la emoción que te embarga es tan grande, que por lo menos yo no la puedo describir. Y después con adultos, cuando tienes discusiones académicas en donde pones en la mesa todos tus saberes, y reflexionas, y construyes con los otros conocimientos, eso también te llena como profesional. Pienso y siento que es una labor noble que se diluye entre el marasmo de un grupo tan heterogéneo, con distintos puntos de partida y de llegada, en donde existen tantos problemas.
Eso es lo que no me satisface de mi profesión, porque pienso que hay muchos que siendo profesores no les gusta serlo y que sólo parodian a los verdaderos profesores. Otro asunto que no me satisface es que no hay realmente un esfuerzo para apoyar la calidad de la educación, pues sólo se centran en un aspecto, cuando el asunto es multifactorial; y algo que también creo que va en menoscabo de la profesión es que no se difunden las experiencias exitosas, soy una convencida de que una gran cantidad de maestros en nuestro país tiene mucho que enseñar a sus iguales, pero en el aislamiento que se encuentran les impide tener un diálogo.
En otro orden de ideas, en la actualidad, como maestra de Educación Superior, el trabajar con maestros de educación básica me llena en todos los aspectos, intercambiar con ellos puntos de vista a veces divergentes, otras convergentes, te permite ir aprendiendo en una dinámica social muy interesante, creo que mi labor con ellos no es “enseñar” sino ser el puente entre ellos y los objetos de conocimiento, para acompañarlos en ese trayecto de formación que están llevando a cabo; pero mi compañía no es sólo presencia, sino es de un ente dialógico con el que se pueden intercambiar saberes y haceres para, junto a ellos, buscar ser mejores en lo que hacemos cotidianamente. En cambio con los alumnos egresados de bachillerato, la dinámica cambia, pues sus intereses y expectativas son otros, en este ámbito tuve que entrar a la “cultura de los jóvenes”, una cultura desconocida para mí, pues por edad no concebía muchas de las cosas que ellos dicen y hacen. Sin embargo, después de una etapa de acomodo, ahora creo que estoy siendo una maestra para ellos.